Alicante, cuna del mediterráneo, rodeada por la Costa Blanca goza todo el año de un clima fantástico, pero es en el mes de mayo cuando alcanza su máximo esplendor, una explosión de colores y de aromas envuelven esta fantástica ciudad, los atardeceres comienzan a hacerse esperar y suceden con calma, mientras el cielo goza de un brillo especial.

Alicante es rico por su gastronomía variada y muy saludable, recorriendo las calles del centro podrás disfrutar de sabores puros y locales, si te alojas en Hospes Amérigo puedes comenzar la degustación en el propio Hotel, en su Tapas Bar o en su Restaurante y continuar por la calle Mayor adentrándote en el casco, disfrutando de sus emblemáticas calles, Iglesias, parques, ficus centenarios en el Parque de Canalejas y un ambiente festivo que te inundará.  

Si optas por caminar hacia el lado contrario desde la salida principal del Hotel Hospes Amérigo, desde la calle Rafael Altamira, entraras de manera directa en el paseo marítimo y podrás disfrutar de los numerosos Restaurantes del Puerto, o bien dar un delicioso paseo por la Playa del Postiguet, situada en el corazón de la ciudad, a los pies del Castillo de Santa Bárbara y junto al famoso paseo de la Explanada. La acogedora playa del Postiguet es ideal para dar un paseo, tomar el sol en las hamacas y por supuesto, disfrutar de un baño. A lo largo de la playa y junto a ella tienes el paseo de Gómiz, caracterizado por sus numerosas palmeras y la curiosa disposición de las losas del suelo que le dan un efecto en tres dimensiones. Allí puedes sentarte frente al mar a tomar algo en las cafeterías y dejar simplemente que el tiempo pase.

Para finalizar el recorrido es imprescindible subir a la Terraza de Amérigo, ya que sus vistas al Castillo de Santa Barbara te sorprenderán definitivamente, aquí podrás degustar un cóctel de autor, un vino local o una refrescante cerveza, ya que este entorno hará el resto para que sientas esta ciudad un mágico lugar.

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